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St. Jude, «la santa patrona de los hackers»

Gemelli Czarnik.- El 19 de julio de 2003 falleció una de las primeras mujeres en adentrarse en el mundo del hacking, la estadounidense Jude Milhon, o mejor conocida como St. Jude, «la santa patrona de los hackers «.

Jude Milhon, nacida el 12 de marzo de 1939 en Washington D.C, vivió un buen tiempo en Indiana donde desde muy joven luchó por la defensa de los derechos civiles, razón por la cual fue arrestada en múltiples ocasiones.

Ella consideraba que el progreso tecnológico era la solución a muchos problemas, por lo que enfocó su lucha y activismo en el mundo de la tecnología. Fue entonces, cuando en 1967 aprendió a programar en lenguaje Fortran de forma completamente autodidacta gracias a un libro titulado «Teach Yourself Fortran». Con esto, Jude Milhon se convirtió en una de las pocas mujeres de la época con conocimiento en esta área.

La primera vez que aplicó lo aprendido fue programando máquinas expendedoras en Horn & Hardart, y a medida que fue expandiendo su conocimiento en el mundo de la programación, se dio cuenta de lo inaccesible y desconocido que era el ciberespacio, sobre todo para las mujeres, pues este sitio estaba dirigido únicamente para los militares, los centros de investigación y algunas universidades. Este hecho causó que, durante su trayectoria, alzara la voz para que otras mujeres también tuvieran lugar dentro del mundo digital.

En 1973 desarrolló junto a otras mujeres cibernéticas el primer servicio público de información llamado «Community Memory», un proyecto que se convertiría en un sistema de compartición de información digital sin precedentes para toda la comunidad de usuarios que accediera al mismo.

También fue miembro y co-fundadora de la asociación Cypherpunk (resultado de la unión de «cifra» con «ciberpunk»), un movimiento que se caracterizaba por defender la privacidad y la seguridad digital de las personas, utilizando un cifrado para evitar que sus datos personales fuesen accesibles al gobierno o a las empresas.

St. Jude, como era conocida en la red gracias a su nickname, veía el hackeo como un arte defensor y una herramienta para encontrar vulnerabilidades en la web para que pudiesen ser corregidas. A través de sus libros siguió encargándose de promover el hacking y de proteger la privacidad en la web.

La vida de esta activista, programadora, feminista y hacker llega a su fin debido a un cáncer de mama, sin embargo, su historia siempre será recordada por ser un ejemplo de constancia, pasión y justicia.

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