
(David Bastardo).- Este 11 de enero se cumplen 11 años de la muerte de Aaron Hillel Swartz, el primer mártir del conocimiento libre. A pesar de su muerte a temprana edad ‒tenía menos de 30 años– se convirtió en un discutible referente del activismo en defensa de la libertad y seguridad de los usuarios; su libre acceso a la información y un entusiasta participante de batallas contra los monopolios de la tecnología.
Como programador, Swartz ayudó a desarrollar el modelo de web feed RSS; un formato XML para distribuir contenido en la red. Cuando los usuarios se han suscrito a la fuente de contenido RSS, este sirve para difundir información actualizada sin necesidad de un navegador, con el aporte de los agregadores de noticias. Esta innovación fue uno de los muchos pasos que dio el «hacktivismo» por el acceso libre a la información, sin depender de las plataformas hegemónicas de telecomunicaciones.
Se atribuye a Swartz también haber erigido la arquitectura técnica del modelo Creative Commons, que se dedica a generar licencias para compartir libremente contenido visual a través de internet. Además, innovó en la creación de un marco para el desarrollo de sitios web conocido como web.py.

El joven, junto a John Gruber, creó el lenguaje de marcado ligero conocido como Markdown. En este caso, aporte de Swartz fue significativo, ya que este modelo procura conseguir la máxima legibilidad del texto plano en programación y es capaz de transformarlo en XHTML a través de un modelo que el propio Swartz concibió. Esta innovación tecnológica fue revolucionaria para la programación, y, hoy en día, dos décadas después de su desarrollo, continúa inspirando a generaciones de diseñadores web.
Otro aporte substancial de Swartz fue su participación en el desarrollo de marcadores sociales que permitían organizar y clasificar enlaces de internet. Sin embargo, en 2006 varias de las innovaciones de Swartz fueron vendidas a empresas privadas y esto motivó su participación definitiva en el activismo social digital.
En 2010, emprendió diferentes iniciativas de investigación contra la corrupción en las universidades, destacando su posición como investigador asociado en el Laboratorio Safra de Investigaciones Contra la Corrupción de la Universidad de Harvard. Adicionalmente, continuó siendo activista en múltiples organizaciones por los derechos digitales, además de fundar grupos que se oponían en Estados Unidos a la Ley Sopa (Stop Online Piracy Act), con la que se pretendía regular la forma en que los usuarios comparten información.

En la Universidad de Harvard, Swartz aprovechó su acceso de estudiante al sistema de almacenamiento en línea de publicaciones académicas de la universidad para bajar cuatro millones de artículos y distribuirlos libremente en internet. Luego, repitió la operación pero esta vez en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con el mismo objetivo: liberar conocimiento.
El activista fue detenido y acusado de fraude informático. La justicia exigió una multa de $1 millón y al menos 50 años de prisión. Swartz apeló la decisión y dos días después de que el tribunal rechazara esta medida, fue hallado muerto en su apartamento de Brooklyn. En virtud de la infatigable lucha por la independencia de los sistemas informáticos y el software libre, Aaron Swartz fue ingresado póstumamente al Salón de la Fama del Internet en 2013, año de su fallecimiento.
Recordemos la figura de este mártir del software libre, que nunca dejó de trabajar por la causa de los usuarios del internet y las plataformas digitales, y su independencia frente a la hegemonía en el campo de las tecnologías de la información. Aun en nuestros días, los motivos que inspiraron la carrera de Swartz no han perdido vigencia ni importancia; de hecho, se han agudizado. Tener presente su ejemplo asegurará el futuro del software libre.
Fuente: Oficina de Comunicaciones y Relaciones Institucionales del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI) / Periodista: David Bastardo